Consejos y Trucos para Comer fuera de Casa en Dieta Keto o Cetogénica

Si estás haciendo dieta keto o cetogénica, seguro que de vez en cuando sales con tu familia, tu pareja o tus amigos a comer o cenar fuera de casa y tu mayor preocupación es no salir de cetosis.

Pues ¡tranquilo! porque en este post te voy a ayudar con mis trucos y consejos para que no tengas ningún problema.

Y ello te va a ayudar a relajarte y a que no se convierta en una situación tensa para ti.

Sólo hay que buscar un sitio agradable y disfrutar de la comida y de la compañía.

Para estas ocasiones te valen también los consejos que he mencionado en mi post sobre comidas especiales, fiestas y eventos en una dieta keto. Y especialmente el tip sobre hablar con los camareros y preguntar, sin miedo, qué lleva el plato. Hoy en día hay muchas personas con alergias e intolerancias y están muy acostumbrados a hacer cambios en los platos.

Sigue leyendo y te explico dónde puedes comer si estás en dieta cetogénica, y qué puedes comer. Y te mostraré ejemplos de algunos de los platos que he comido en estas ocasiones.

Espero que te sirva de ayuda. Y si tienes alguna duda, déjame un comentario y te contestaré enseguida.

Cuando empezamos con este estilo de vida bajo en carbohidratos y tenemos que salir a comer fuera, lo normal es entrar en pánico. ¿Dónde podemos comer? ¿Qué platos puedo pedir? y lo que más nos martiriza ¿saldré de cetosis?

Es lógico tener miedo de tirar por la borda los esfuerzos de los últimos días. Pero ya verás cómo es muy fácil.

En primer lugar, hay que escoger el tipo de establecimiento.

He agrupado los restaurantes en tres grandes grupos.

En este artículo voy a ayudarte para que veas que es posible comer  en todos ellos sin ningún problema.

Si sigues una dieta cetogénca o baja en carbohidratos, sea cual sea el lugar que escojas para comer, hay una serie de tips o consejos que espero que te sirvan tanto como a mí.

1. Mentalízate

Si estás comenzando la dieta low carb, puede que tengas miedo de comer lo que no debes, de que para ti sea un esfuerzo muy grande…

Para que no te cueste trabajo, piensa «Si ya he conseguido resultados y me siento tan bien, ¿me merece la pena fastidiarlo por «ese pedazo de …»? Casi seguro que la respuesta va a ser «¡No!». Y seguro que puedes comer otras cosas que están bien ricas.

Y si eres como yo, y ya llevas un tiempo en este estilo de vida (para  mí no es una dieta), entonces no te costará ningún trabajo.

2. No vayas con hambre

Sí, ya sé que para comer hay que tener hambre 😃 pero, entiéndeme: no vayas con ganas de devorar porque eso es lo que te puede hacer meter la pata.
A mí me funciona muy bien comer algo una hora o dos antes.

Me resulta muy cómodo y fácil llevar un trocito de queso envuelto en papel de aluminio en el bolso. ¡Lo puedo comer en cualquier sitio!

Si vais a tomar un aperitivo puedes pedir unas aceitunas y, si os ponen una tapa, casi seguro que te puedes comer lo que viene encima (chorizo, jamón, etc.)

3. Escoge tu plato y no te justifiques

Lee detenidamente el menú y decide qué puedes y qué no debes comer.

Enseguida aprenderás a escoger acertadamente. Procura escoger algo que te guste mucho y que no cocines habitualmente: lo disfrutarás el doble.

Céntrate especialmente en una buena proteína y, si puede ser, un acompañamiento o entrante de verduras permitidas.

En el apartado para cada tipo de restaurante te doy consejos específicos.

Y esto es muy importante: no tienes que justificar ante nadie tu elección. Si estás con familia o amigos, seguramente ya saben que no tomas carbohidratos.

Pero si alguien insiste o se pone pesadito en plan «un día es un día», entonces… sonríe y di

«Gracias, pero no me apetece, me voy  a comer un «…», que me gusta mucho».

Grábate esta frase a fuego y repítela como un mantra. ¡Éxito seguro!

4. Pídele al camarero cambios en tu plato

Hoy en día en los restaurantes están acostumbrados a que los clientes les pidan algún cambio en los platos, puede ser por motivos de alergias, o por motivos dietéticos.

Yo suelo pedir que me cambien las patatas por ensalada o verduras. La mayor parte de las veces es posible.

También suelo pedirles que no me pongan salsa o que la pongan aparte. A veces las salsas llevan ingredientes desconocidos que pueden echar a perder nuestro esfuerzo.

Y si tienes dudas sobre alguno de los platos, no dudes en preguntarles, lo más seguro que te explicarán encantados.

5. Tómate un BLOQUEADOR DE CARBOHIDRATOS

Para mí, descubrir los bloqueadores de carbohidratos marcó un antes y un después en mi vida comiendo fuera de casa. Al principio de hacer la dieta, salí en un par de ocasiones de cetosis porque la comida debía de llevar ingredientes no apropiados para dieta cetogénica.

Pero desde que empecé a utilizarlos, nunca más me ha pasado: no me han hecho salir nunca de cetosis. Y puedo, incluso, tomar una cantidad un poco mayor de hidratos de carbono que la cantidad habitual: ¡parece magia!

Se trata de unas sustancias fibrosas que al mezclarlas con agua forman un mucílago que atrapa los hidratos de carbono, impidiendo que se absorban 👏🏻👏🏻👏🏻.

Así que yo siempre que tengo que comer  fuera me tomo dos cápsulas de bloqueadores de carbohidratos con un vaso de agua.

6. Elige tu bebida con cabeza

Yo ya estaba cansada de beber siempre agua, que a veces hasta me encharcaba el estómago, pero desde que empecé a tomar agua con gas con una rodajita de limón, me empezó a alegrar las comidas y además a hacerlas más digestivas, porque fuera de casa la comida suele caer más pesada.

Pero… ¿se puede tomar algo de alcohol en una dieta cetogéncia? Desde luego, lo mejor es no tomar nada de alcohol. Pero en situaciones especiales se puede tomar una copita de vino tinto o de vino blanco seco.

Y si piensas en licores, puedes tomar un poco de ginebra, vodka o tequila.

Y si te has tomado tus dos cápsulas de bloqueadores de carbohidratos, podrás disfrutar de tu copa con tranquilidad. ¡Pero sólo una!

Eso sí … evita la cerveza, los cócteles, los combinados con cola o tónica, las cremas de whisky, etc. que están supercargadas de carbohidratos.

7. Aliña tu comida

Cuando te hayan servido la comida, añade a tu plato una buena ración de aceite o de mantequilla. La grasa te ayudará a llenarte rápidamente. De esta manera no querrás comer más (y seguramente cerrará la boca a los «preocupados por tu dieta» 🤣).

También te ayudará a no desear comer pan, patatas, etc.

8. Come despacio, saborea y conversa

No hay mejor cosa que acompañar una comida con una buena conversación.

Además, cuando hay una conversación distendida, se suele comer más despacio y se saborean más los alimentos.

Todo ello va a favorecer que comas menos y saborees más.

9. Y de postre…

Con el postre llega un momento delicado en la comida.

Decir NO al postre es una victoria.

Recuerda que un postre te puede sacar de cetosis en un momento.

Si has comido suficiente grasa y proteína en la comida, lo más seguro es que ya no te apetezca un postre (recuerda tu mentalización previa).

Si aún tienes hambre, puedes pedir una ración de queso.

En lugar de un postre, yo suelo pedir una infusión de menta-poleo, que es muy digestiva y tiene un sabor dulce. También puedes pedir un roiboos o un té.

Y si es verano, un café con hielo o un descafeinado con hielo te dejará súper satisfecho.

Llegados a este punto …te sentirás muy orgulloso de haberlo conseguido 🥇.

Si no puedes evitar caer en la tentación, pide un postre que lleve poco azúcar, como tarta de queso e invita a tus compañeros de mesa a probarla. Seguramente unos cuantos meterán su cucharita y tu ración menguará. Y tú seguramente tendrás bastante con 3-4 bocados. Y, desde luego, esto lo puedes hacer sólo si te has tomado el bloqueador de carbohidratos, para que no te saque de cetosis.

TRUCO FINAL: Otro pequeño tip es que suelo llevar una onza de chocolate negro en el bolso por si me entra una debilidad por un dulce, la chupo como un caramelo y me quita la posible ansiedad. Si estás en familia o amigos, a nadie le parecerá mal que lo hagas.

10.  Disfruta del momento

La comida es sólo una parte de la experiencia de salir a comer con la familia o los amigos.

Disfrutar del momento, del lugar, de la compañía, de la conversación… alimentar tu mente y tu alma es muy importante.

Además, no has tenido que hacer la compra, ni cocinar, ni tendrás que recoger ☺️

¿Verdad que son un montón de excelentes razones para disfrutar?

¡  C U Í D A T E   Y   M E J O R A !